lunes, 19 de mayo de 2014

EL ABUELO



Fotografía: Fran Gala @erfran72



Al principio de perderte temí olvidarme tu rostro. Tu piel curtida por el sol, las arrugas que conformaban el mapa de tu historia. Aquella media sonrisa de dientes intermitentes. Pero sobre todo me aterraba que de mi memoria se fuese atenuando el recuerdo de la chispa de tus ojos, cada vez más chiquitos, de un azul tan intenso como el mar que jamás te cansabas de mirar. Yo creo que por eso tenían aquel color tan increíble. Si te asomabas mucho a ellos te acababas sumergiendo en tu Mediterráneo del alma.  

Ese miedo a tu olvido se atenúa gracias a la certeza de que siempre voy a recordar tu olor. Olías a tabaco de liar, a caramelos de café y a loción de afeitado de la de toda la vida. Así, todo junto. Cuando echarte de menos se hace insoportable siento ganas de salir corriendo a comprar esas tres cosas e intentar hacer la mezcla para probar si, tal vez, con el experimento, volvieras durante un ratito a mí.

Siento pena. Pena infinita. Y rabia a raudales. Pena por no haber podido despedirme. Rabia porque tu partida ha privado a mis hijos de disfrutarte como todos merecíais. Tus nietos apenas te recuerdan. Ya casi no me preguntan aquello de por qué no te dejan volver del Cielo aunque sea por sus cumpleaños. El tiempo, cuando eres pequeño, actúa de bálsamo y la mente se acaba ocupando en juegos y nuevas aventuras. Ojalá yo pudiese volver a ser niño.

Pese a todo me siento afortunado. Sé que cada vez que quiera puedo volver al malecón y explicarles a los chicos que aquel era tu lugar favorito. Sé que puedo sentarme en tu rincón preferido, asomarme al mar y adentrarme de nuevo en tus ojos. A veces incluso tengo la sensación de que la espuma de las olas huele a loción de afeitar. De la de toda la vida. 


Texto: Rosa Muro @pink_wall

2 comentarios:

  1. Descubrí este blog por un enlace que leí en el timeline de Mercedes (@vitrubia). Llevada por la curiosidad decidí abrir dicho enlace y comprobar que se encontraba detrás de eso. Lo que descubrí fue algo tan maravilloso y tan mágico que pensé "¿Por qué no lo habré descubierto antes?".
    Conseguís hacer magia con las palabras y escribir historias que te llegan tan dentro que te quedas con las ganas de más. A veces incluso esas historias emocionan tanto que es inevitable que unas lágrimas asomen.
    Ojalá que algún día este blog se convierta en libro; y por supuesto, yo sería la primera en comprarlo.
    Se me olvidaba, lo prometido es deuda, y dije que cuando lo leyera entero tendríais mis historias preferidas, pues aquí están: La espera; Irme contigo; El archivo de las maravillas; Hay persona...; Juncos valientes; La condena; Soy feliz; El abuelo.
    Enhorabuena chicos, impaciente espero vuestras próximas entradas.
    Estefanía (@Stefanya_due)

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    1. Gracias, gracias y mil veces gracias Estefanía! Con que una sola de las fotohistorias te haya gustado ya nos damos por satisfechos. Nos gusta lo que hacemos y sentir que a vosotros también os agrada nos anima a seguir.

      Un abrazo enorme!

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