Aquel caballero vestía con desaliño. Su barba descuidada y unas manos de extraordinario tamaño le conferían aspecto de hombre
rudo. Pero bajo esa apariencia escondía un corazón tendente a la ternura. Sabía
que no podía permitirse el lujo de revelar semejante debilidad a sus enemigos, siempre
al acecho, atentos a un paso en falso que él pudiera dar, ávidos de venganza y
anhelantes de poder.
Por eso portaba una coraza que mandó hacer a medida al
herrero de la aldea. No era una coraza cualquiera. Estaba fabricada con los
materiales más resistentes del Reino. Él mismo se encargó de salir a buscarlos.
No se fiaba de nadie más. Recorrió minas recónditas y parajes abruptos. Eran
lugares en los que ningún otro súbdito se atrevía a adentrarse.
Cuando regresó
con su botín, el herrero, al ver todo aquello, preguntó:
- Pero, ¿qué necesidad
hay, señor, de que porte una armadura de tamaña envergadura? ¿Acaso teme a las
lanzas, las flechas y las espadas de aquellos que le desean el mal?
A lo que
el caballero respondió:
- Mi único temor, el que me roba las noches y me
atenaza los días no está en la aldea. Mi mayor miedo se encuentra ahí arriba.- Señaló hacia la torre que, en lo alto de una loma, se erigía majestuosa sobre
el pueblo.
– Ella. Esa extraña doncella. Vive enclaustrada en la torre y me tiene
fascinado. Nadie la ha visto nunca, pero dicen que una mirada suya enloquecería al hombre más cuerdo. Me robará el corazón y no puedo permitirlo.
El herrero le dio un
par de palmadas secas en la espalda y con voz risueña le respondió:
- Ya no tiene
sentido temer, señor, porque su batalla está perdida. Ninguna coraza, por invencible
que parezca, le podrá proteger del embrujo de una dama.
Guau! Enhorabuena chicos.
ResponderEliminarY es tan cierto... :-)
Muchísimas gracias Rafa. Estás en el top de nuestro ranking de pupileros. Habrá que pensar en premiarte :-)
ResponderEliminarRosa!!!!no solo fue fantástico el arranque,la continuación también merece la pena,al final enganchado a estos post que publicáis!
ResponderEliminarCuanta verdad en estas palabras,el único ser capaz de desarmar a un hombre :)
Nos alegramos mucho Javi! Vuestro apoyo nos anima a seguir :-)
ResponderEliminarY continúan la racha... felicidades Rosa y Fran. De menos a más este relato. Excelente final: cierto, crudo y duro a la vez.
ResponderEliminarMuchas gracias Manuel...es un lujo tenerte como seguidor nuestro..
EliminarFantástica forma de describir una gran verdad.
ResponderEliminarY preciosa la foto que la provoca.
Enhorabuena.
Es una gran verdad, pero también en sentido contrario eh? Nosotras tampoco nos libramos de vuestro embrujos. Afortunadamente! Muchas gracias Carlos!
ResponderEliminarMagnifico relato!. Que gran verdad...¿verdad?. Ánimo, seguir escribiendo, los dos primeros han sido estupendos y la fotografia tambien!.
ResponderEliminarMuchas gracias Alfonso! Ojalá las próximas publicaciones te gusten como las primeras. Esperamos mejorar!
ResponderEliminarTantos añso compartiendo risas, tristezas, momenots duros, otros no tantos, y resulta que escondías tinta y pluma en tu linda cabecita. Sorpendido me has!
ResponderEliminarVaya que si hemos compartido... :-) Espero que la sorpresa haya sido para bien! Descubrirse con los años.. Me gusta!!! Gracias Julián
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