Fotografía: Fran Gala @erfran72 |
Queridos pupileros:
Esta semana ha sido el texto el que primero ha llegado a nosotros. Nuestra amiga Nerea Ramos nos ha regalado unas letras muy especiales. Escribir es una forma maravillosa de canalizar emociones. Esta fotohistoria nace de una situación que por desgracia todos conocemos bien: la pérdida de un ser querido. Y estamos seguros de que muchos, tras leer estas líneas tan personales, sentiréis la esperanza de saber que el corazón que parece congelado sin remedio al final termina recobrando su temperatura. Es duro, pero se puede. El truco consiste en ganarle el pulso al invierno. Y en mantener el calor del recuerdo y sonreír.
Gracias Nerea.
Invierno, estación de recogimiento y reflexión. Momento para la necesaria
relajación y el descanso. Si escucháramos a nuestro cuerpo nos daríamos cuenta
de que nos pide más horas de sueño, relax y calor interior. Nos apetece
meternos en nuestro hogar, retraernos en nosotros mismos y conservar la
energía. La necesitamos.
Los deportes al aire libre, la naturaleza, la compañía… nos ayudan a dejar
de lado la tristeza que a días o a ratos, como una ”nada” de una interminable
historia, parece que se apodera de nosotros y nos alivian livianamente el
ánimo y ayudan a intentar mantenernos en pie.
Notar el frío en la cara y luego el aliento de una casa. Dar largas
caminatas a paso rápido para entrar en calor. Abrigarse al salir y desabrigarse
al entrar. Sentir una chimenea o un abrazo, la suavidad de una manta,
largas conversaciones, tardes de lectura y tanto tiempo para reflexionar y
conocerse a uno mismo…
Demasiado tiempo para pensar.
Tan duro, tan frío. Efímero pero incierto. Cómo alcanzar a recordar el calor,
la luz del sol, la alegría. Cómo afrontarte, invierno. Solamente pensando que tienes fecha de caducidad. Sólo el tiempo conseguirá
que tu heladora sombra merme y desaparezca hoy de mí. Y que abandone mi
corazón.
Este año te has instaurado hace días para perdurar, eso sí, de algún modo,
el resto de mi vida. No volveré a ser la misma que era hasta que llegaste de
esta manera. Pero aprenderé a tenerte y a levantarme cada mañana soportando tu
temperatura en mí.
Mi consuelo es pensar que ya queda menos para que, poco a poco, te hagas
menos fuerte tú y más fuerte yo.
Texto: Nerea Ramos (profesora)
Podéis leer más trabajos de Nerea orientados a la comunidad educativa, tanto a pequeños como a sus progenitores, en el blog del centro que tiene la suerte de contar con ella como maestra: C.P. José Luis de Arrese de Corella.